Lírica Ecuatoriana
ORIGEN:
Lírica viene
de lira que es un instrumento el cual los griegos utilizaban para las
declamaciones de sus poemas. Este género apareció en Grecia entre los siglos VI
y V a.C, como una necesidad del hombre de expresar sus sentimientos más
íntimos.
La lírica es el género más desarrollado en el
Ecuador. Aunque no existen documentos de
la existencia de la poesía lírica en tiempos aborígenes, se puede
afirmar que la creación poética de nuestros aborígenes tuvo como inspiración a
sus dioses y a sus héroes. La lírica aborigen o precolombina se dividió en dos:
religiosa y profana. Estas manifestaciones eran recitadas unas de
manera individual y otras de manera colectiva.
El periodo colonial es el más extenso en cuanto a
letras nacionales, en esta época la literatura era privilegio de la clase
dominante. El indio y el mestizo para acercarse a la cultura tuvieron que optar
por el sacerdocio, ya que los sacerdotes
manejaban las labores culturales y las literarias en particular, pero eran
obligados temas religiosos. Por eso será necesario muchos años para que
aparezcan los escritores civiles.
En este periodo surgen poetas como: el Padre
Antonio Bastidas, Jacinto de Evia, Juan Bautista Aguirre, Ramón Viescas y
Rafael García
Goyena.
Luego la
lírica evoluciona pasando por: la transición hacia la modernidad en el siglo
XIX al XX, la modernidad, la post-modernidad, la vanguardia, transición a la
contemporaneidad, la contemporaneidad y la generación que cierra el siglo.
IMPORTANCIA:
Es
importante porque refleja la cultura, la realidad que vive la gente
ecuatoriana, su historia y su forma de verse a sí mismos dejando un precedente
para las futuras generaciones.
CARACTERÍSTICAS:
1.
La
rica es el género más desarrollado en el Ecuador.
2.
La lírica aborigen o precolombina se dividió
en dos: religiosa y profana.
3. Las manifestaciones eran recitadas unas de manera
individual y otras de manera colectiva.
4. En el siglo XX de la lírica
ecuatoriana comienza tardíamente. La razón es que nuestros poetas dependían de lecturas,
modas y posturas de lo que se hacía en Europa y que les llevaba su buen tiempo
apropiarse de lo que les llegaba acá como novedad exactamente cuando había
dejado de serlo.
5.
Tienen
una perspectiva subjetiva.
6.
Expresa
la interioridad: de los sentimientos, de
las sensaciones y de los pensamientos.
REPRESENTANTES
Dentro
de la Lírica ecuatoriana tenemos a varios representantes que serán nombrados
posteriormente en orden cronológico.
1)
Transición
a la modernidad
Parnasianismo: la lírica escrita desde la expresión sobrecargada del mensaje,
directamente emotiva hasta dar en lo
sentimental del romanticismo y la
Grandilocuencia
neoclásica.
REPRESENTANTES: Alfonso Moscoso: “Los
aserradores”, Aurelio Falconí y J. Fálquez Ampuero, Dolores Veintimilla de
Galindo: “Mi Dolor”
2)
El modernismo
Se
abren nuevos espacios a la libertad y conferían un nuevo sentido y dimensión a
la poesía misma y al arte. Las revistas se multiplicaron para acoger todo ese
bullir de voces -Altos Relieves y Letras fueron las más notables, y los diarios
abrieron un espacio para la brillante novedad: El Guante sus “Páginas
literarias” y El Telégrafo su “El Telégrafo Literario”.
REPRESENTANTES:
Medardo Ángel Silva, Ernesto Noboa Caamaño, Humberto Fierro, Arturo Borja,
Alfonso Moreno, Mora y José María Egas.
3)
Vanguardia
y post-modernismo
Fue
difícil para los poetas liberarse de la influencia de los modernistas para
llegar a un camino estrictamente literario y consistía en unirse a la ola de
inquietud vanguardista que recorría América, los vientos del nuevo siglo
agitaron en Europa la fiebre de los “ismos”, desde el Futurismo de Marinetti y
el Dadaísmo de Tristan Tzara. De 1920 al 1930 hay en nuestro país fervor por
unirse a esas expediciones de vanguardia. Nacen las revistas Singulus, Proteo
y, sobre todo Motocicleta, subtitulada “índice de la poesía de vanguardia”. El alma
de todas ellas fue Hugo Mayo, y en Motocicleta lo fue todo: el dueño del
taller, el mecánico que urdía sus divertidas piezas y el piloto que echaba a
correr vertiginosamente esa “motocicleta” espantando a gazmoños que aún
circulaban en coches de caballos.
REPRESENTANTE:
Hugo Mayo (único gran poeta de ese empeño y el que persistió, solo, en el
quehacer sin declinar nunca de un fresco y libre espíritu vanguardista.)
Postmodernismo:
Gangotena, Aurora estrada.
4)
Transición
a la contemporaneidad
En
lírica, la generación resulta pobre si se la compara con la anterior y la por
venir. Es, en cambio, importa recordarlo, innovadora y rica en novela con
representantes como: Pablo Palacio, Jorge Icaza, Alfredo Pareja Diezcanseco,
Demetrio Aguilera Malta, Enrique Gil Gilbert, Ángel F. Rojas, Pedro Jorge Vera,
Alfonso Cuesta. Se diría que lo que marca a los creadores de esta generación es
una seducción por la novela. Es tal, que hasta sus poetas acaban por instalarse
en la novela, donde se sienten más a sus anchas: Pedro Jorge Vera, Adalberto
Ortiz, Nelson Estupiñán Bass y aun Alejandro Carrión -que nunca abandonó el
ejercicio poético- tienen obra más consistente en la novela.
5)
CONTEMPORANIDAD
Carrera
Andrade ha sentado cátedra de iluminación del mundo desde las cosas más simples
con una metáfora tan libre y fresca como penetrante y rica de carga semántica,
y muchos de los poetas de la generación que irrumpía en torno a 1950 se dieron
en esa hora primeriza a encaprichado y multiplicado urdir metáforas.
Gangotena
y por supuesto, Neruda de Residencia en la tierra incitó a los jóvenes poetas a
la ancha libertad rítmica y a la desmesura telúrica de imaginería y otra
instrumentación. Esas libertades
se
irían templando en lo más alto de la nueva lírica y cobrarían una intensidad a
veces sobrecogedora: en el “Boletín y elegía de las mitas” de Dávila Andrade,
el “Sollozo por Pedro Jara”de Efraín Jara, la poesía honda y grave de Jacinto
Cordero, los desolados himnos del Tobar de
“Cantos
a Lydia”, el discurso de ancho cauce y solemne andadura del mejor Filoteo
Samaniego.
REPRESENTANTES:
Carrera Andrade, Gonzalo Escudero, Gangotena, Aurora Estrada, Miguel Ángel
Zambrano.
6)
La
generación que cierra el siglo
Desde
la cosmovisión y sensibilidad, hay entonces jóvenes poetas que optan por las
hablas ordinarias. “Los cantos populares son más sobrios y concisos / que la
trápala del
Minotauro”
-proclama Itúrburu. Más importante aún era violentar tabús. Ello daba sentido a
las
violentaciones
del tranquilo y ordenado lenguaje común.
Fernando
Balseca des-solemniza el erotismo sumiéndolo en una cotidianidad dicha con desenfadado
humor (Cuchillería del fanfarrón)
La
mayor parte de las empresas líricas generacionales estuvo animada por el humor.
El humor fue el gran catalizador de la denuncia. Fue el humor de la parodia,
del sinsentido y el absurdo, de la desenfadada hipérbole, del juego de
palabras. Libertad para violar tabús, lo sagrado y disciplinas eclesiásticas,
el de unas libertades usadas como instrumentos de quienes lo poseen todo para
mantener en la ilusión de libertad a quienes perdieron cualquier posibilidad de
ser realmente libres, el de la decencia ocultador de toda suerte de
hipocresías. Y estos aires de libertad abrieron anchos espacios al erotismo y
el sexo. Estupendo el coro de voces femeninas que, con variados registros,
confiesan y exaltan, desnudan y enriquecen erotismo y sexo.
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